ENTREVISTA VIAJERA 15 FACUNDO MATTOS. EXPEDICIÓN SONRISA

Nuestro invitado de hoy no viaja solo por el placer de viajar sino que lo hace para llevarle alegría a los niños desfavorecidos de todo el mundo. Ha creado EXPEDICIÓN SONRISA, una misión de paz y solidaridad sin fronteras. 

Facundo Mattos, partió hace ya dos años desde Argentina con un vehiculo 4x4 cargado con un castillo hinchable y la intención de recorrer el mundo devolviéndo la sonrisa a los niños que la han perdido. Con su proyecto EXPEDICIÓN SONRISA  pretende recorrer los 5 continentes llevando alegría a través del juego a los niños que más la necesitan. De manera altruista y financiado casi enteramente por el mismo, monta su castillo inflable en orfanatos, centros de acogida, escuelas, comunidades y organizaciones comprometidas con el trabajo en la formación de los niños. Su objetivo es mediante el juego, transmitir a los niños un mensaje de paz e integración de los valores humanos.

"Si queremos un mundo más humano para nuestros niños, debemos educar niños más humanos para nuestro mundo."

1- Cuándo comenzó tu afición a viajar y cómo surgió  tu proyecto Expedición Sonrisa?

En año 2005 tomé la decisión radical de vender todo lo que tenía y comprarme una bicicleta para salir a recorrer el continente Latinoamericano. Quería salir de la rutina, golpearme, conocer otras realidades, otras formas de pensar. Sentirme libre y todo lo que implica un viaje largo a la deriva más el desafío físico y mental de una travesía de esta forma. Apenas cumplí la mayoría de edad (21) salí desde Buenos Aires y pedalee 6.500 km durante 3 años hasta Guayaquil, Ecuador (www.pedalporlapaz.com). Viví experiencias de todo tipo... pero lo más importante es el cambio en la sensibilidad ante el otro que me produjo tanto tiempo de palpar realidades diferentes. Si haces un viaje de este tiempo... ves tanta injusticia, tanta pobreza, que si no te haces más humano sos de piedra.

Pero el desafío final y el más grande fue el que me hizo abandonar la cruzada. Sufrí un accidente volando en parapente que me fracturó la columna vertebral y debí ser operado de urgencia con una prótesis... fueron tiempos difíciles en los que gracias a la vida, a la exitosa operación y un largo año de rehabilitación pude volver a caminar.

Entonces quedé tan agradecido con la nueva oportunidad de seguir vivo y caminando que quise armar un proyecto de vida que incluyera viajar como estilo de vida pero también hacer una obra de bien para retribuirle a la vida esta nueva oportunidad. No solo por la recuperación de este grave accidente, sino que también tomé consciencia desde las entrañas de la suerte que he tenido de nacer en una familia con amor y comida en la mesa, no todos los niños del planeta tuvieron esta misma suerte... uno no elige donde nace... por ello me propuse dar la vuelta al mundo llevándole alegría a estos niños, querer transmitirles la educación en valores humanos a través del juego... así fue como llegó la mágica idea del castillo inflable y lo que hoy en día es esta Expedición Sonrisa.

2- Cuánto tardaste en organizar este proyecto, cuánto llevas viajando y cuánto tiempo seguirás con el? 

Tardé 6 años en armar el proyecto de viaje, comprar el vehículo, el castillo, etc, y ahorrar dinero desde luego.

Hoy llevo casi 2 años de viaje y estimo que me faltan unos 6 años más para concretar la vuelta al mundo, por lo que en total serían 8 años (el doble de los que pensé cuando comencé todo esto) Partí de Buenos Aires hasta el extremo sur del continente para embarcarme hacia la Antártida, luego comencé a subir pasando por Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil, Guyana Francesa, Suriname, Guyana, Venezuela, Colombia, Panamá y Costa Rica, donde me encuentro actualmente. Mi idea es llegar en mayo de 2016 a California para embarcar la camioneta a Vladivostok en Rusia y realizar el recorrido transiberiano durante el verano. 

3- Cuéntanos cuales son las reacciones de los niños cuando ven tu castillo inflable. Reaccionan igual en todos los países?

No puedo dejar de imaginarme las expresiones de los niños en ese primer momento que ven el inflable. Ese rostro de un niño, que probablemente nunca jugó con un castillo inflable en su vida, abre los ojos llenos de sorpresa, sonríe, se maravilla y se llena de ansias de ir a jugar y divertirse... en ese preciso momento es cuando por completo se olvida del pasado trágico que pudo haber tenido como lo tienen la mayoría de niños que visito en orfanatos...  víctimas de abuso sexual, violencia o abandono entre tantas injusticias. Es en ese momento, en ese día de juego que vuelven a esa infancia que han perdido y aunque sea por una tarde en ese momento son plenamente felices... porque al fin y al cabo es lo único que necesita un niño para ser feliz, jugar y recibir amor... los adultos nos complicamos un poco más.

4- Una experiencia o momento especial que recuerdes de algún país visitado.

Me tocó muy de cerca un encuentro de juegos junto a los niños de una escuelita en Pipa, Brasil. Fue con un niño en particular que padecía de paraplejia. Luego de mi accidente las posibilidades de que yo también quedara imposibilitado de volver a usar mis piernas eran muy grandes y me llevó un largo año de recuperación para aprender a caminar de nuevo. Por lo que luego de pasar por ello y estar allí ese día, llevándole alegría a este pequeño que dejó su silla de ruedas y entró conmigo al castillo para sonreír y jugar... no pude contener mis lágrimas al mismo tiempo.

5- Cómo planificas tus viajes ? Contactas antes con los colegios u organizaciones que visitas o llegas de manera improvisada e instalas tu castillo?

Ambas formas. Hay organizaciones privadas como Aldeas Infantiles SOS, Techo para mi país, o también públicas como los ministerios de desarrollo social o educación, con los que trato de contactar de forma anticipada para coordinar los encuentros con los niños de los orfanatos o escuelas rurales que queden dentro de mi recorrido planificado en el país. También pasa que llego a zonas tan apartadas que no hay ninguna organización con la que pueda relacionarme previamente, así fue por ejemplo en la selva de Guyana, entre los 700 km de selva impenetrable que dividen Brasil de Guyana hay muchas comunidades amerindias a las que visité con un generador eléctrico para llevarle el inflable a los chicos. Una experiencia hermosa y llena de aventuras.

6- Ya que Expedición Sonrisa es un proyecto sin ánimo de lucro. Cómo lo financias? Recibes algún tipo de ayuda o patrocinio?

Trabajé varios años en Argentina ahorrando dinero para este proyecto y tengo un departamento alquilado en Buenos Aires que me da un ingreso mensual con lo que me ayuda a financiar el viaje. He conseguido donaciones tanto de particulares como empresas que fueron destinadas directamente a comprarle meriendas a los niños luego del encuentro con el juego inflable y la charla de valores humanos.

7- Qué ha aportado y cómo ha cambiado tu vida este proyecto?  

Todo este tiempo... todas estas vivencias visitando los orfanatos, las escuelas rurales, conociendo las historias de tantos niños que no han tenido la suerte de nacer en una familia con amor, de tener algo para comer en su mesa… me hace sentir tan pequeño... Es difícil explicar en palabras lo que una sensación genera dentro de uno mismo cuando el cambio que produce es imperceptible a la razón pero se siente en las entrañas. Ese famoso “click” que hacemos cuando algo nos golpea la “consciencia” y que es más profundo que el pensamiento, esa sensación es la que despierta cada vez que se infla el castillo y allí dentro juego con los chicos. Ese espacio, ese momento donde aunque sea sólo por una tarde... el presente es alegría, es juego y es felicidad... No puedo estar más que agradecido por estas experiencias, por esta expedición y sobre todo por esos “clicks” que se me han concedido a cambio en mi camino.

8- Además de la risa y la diversión, qué valores quieres transmitir a los niños que participan en este proyecto?

La risa y la diversión es necesaria desde el punto de vista pedagógico para que la integración de los valores humanos que se trabajan con los chicos sean integrados de forma tal que se encaje dentro del marco de contención, de amor y de integración. Los chicos que visito con el castillo inflable son chicos en riesgo social, son chicos que les ha tocado vivir experiencias traumáticas, el juego es la herramienta que les devuelve la oportunidad de volver a ser niños y de esa forma poder integrar los conceptos que uno les quiere transmitir como son los valores humanos. La no discriminación, no violencia, la cultura del trabajo, el compañerismo, ayudar y ponerse en el lugar del otro, las reglas del juego implican no cruzar los límites del otro durante el juego y fomentar una disciplina que no sea ciega sino que se haga desde el fundamento que los límites de uno terminan donde empiezan los del otro.

9- A Expedición Sonrisa aún le queda mucho por recorrer pero ya tienes en mente algún otro proyecto?

Lo que yo estoy haciendo en este momento es una especie de Fundación Unipersonal Itinerante, y los programas de acción social son los encuentros que realizo con el castillo inflable en los orfanatos y escuelas de los distintos países que voy visitando. Se me ha cruzado por la mente alguna vez que sería lindo poder hacer lo mismo de forma fija en uno o más lugares, es decir por ejemplo crear una sede de la expedición sonrisa en Buenos Aires y que un grupo de voluntarios realice la misma actividad que hago yo por el mundo pero dentro de ese país. Son ideas y es muy difícil entre el viaje y el trabajo que realizo llevar el proyecto a un nivel más amplio... pero bueno.. siempre todo empieza con una idea.

Muchisimas gracias Facundo por contestar a nuestras preguntas y gracias también en nombre de la humanidad y de los niños de todo el mundo por la extraordinaria labor que realizas.

Saludos viajeros.